Proyecto de investigación: Estela Schindel
Lugares de excepción, espacios de terror: Diseminación del miedo y vida cotidana en torno a sitios vinculados al terrorismo de Estado en Argentina
La última dictadura argentina se propuso imponer un nuevo orden social en el país de acuerdo a un proyecto biopolítico (lo que Foucault llama el “racismo de Estado”) y definió para ello la figura de un enemigo colectivo a eliminar (el “subversivo”). Esta figura habilitó y dio lugar a la del “desaparecido”, quien ha sido despojado de su condición de ciudadano y es excluido del universo de derechos. Así, los subversivos se convirtieron en desaparecidos a través de su ingreso forzado y violento a un sistema de excepción absoluta, situado fuera de todo marco legal. El espacio físco de esa excepción consistió en un archipiélago de más de 500 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio. Estos tuvieron una topografía variada, que en ocasiones expuso esa “excepcionalidad” (como el CCD en Campo de Mayo, situado en terreno militar que es de por sí un territorio de excepción jurídica) pero a menudo se integró en la trama urbana “normal”. Si bien se hallaban ocultos mantenían con la vida cotidiana que los rodeaba una inquietante contigüidad. Es poco lo que se sabe acerca de la convivencia con estos espacios, tanto en dictadura como en la actualidad, pero éstos continúan ejerciendo efectos en el imaginario colectivo y dando lugar a síntomas, silenciamientos y relatos que dan cuenta de una presencia traumática. El método represivo de desaparición forzada de personas estaba orientado a no dejar rastros visibles del crimen y por lo tanto no hubo marcas de esa compleja red represiva hasta que activistas de derechos humanos y, más recientemente, el Estado, señalaron y recuperaron esos espacios para la memoria.
Esta investigación se propone indagar en los efectos pasados y presentes de esos lugares a partir de una observación etnográfica: ¿Qué rastros del terror subsisten en las representaciones y prácticas cotidianas en torno a lugares asociados a la represión? ¿Qué hace la sociedad con ellos y qué estrategias de recuperación y elaboración de su memoria contribuyen a neutralizar los efectos del terror? Estas preguntas cobran una importancia adicional ante los numerosos casos en curso de recuperación de estos espacios, en los que organizaciones de derechos humanos y barriales trabajan junto al Estado para convertirlos en espacios dedicados a la memoria y la promoción de los derechos humanos.